Fomentar la reflexión de escolares respecto a valores como transparencia, justicia, responsabilidad y participación ciudadana, es el objetivo principal de “No mancho mi conciencia”, obra que el grupo teatral Cultura Hilvanada está presentando en diversos colegios, como parte de la campaña anticorrupción de la Contraloría y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
La pieza teatral se estrenó el 16 de mayo, en el Santiago College, para alumnos de sexto básico. El ciclo, que se extenderá hasta junio, proyecta exhibir la obra a más de 900 estudiantes de diversos establecimientos de Santiago.
Cada presentación incluye actividades lúdicas referidas a los valores planteados en la obra y que están vinculados al programa de estudio del Ministerio de Educación. Los alumnos también realizan cuentos o cómics respecto de las buenas o malas prácticas de la vida cotidiana estudiantil, siendo premiados los tres mejores trabajos.
A los alumnos se les aplica un test previo y posterior a cada obra para medir el cambio potencial en las actitudes de los participantes. En la elaboración de las presentaciones colaboraron Chile Transparente y Fundación Casa de la Paz.
Este ciclo se enmarca en el proyecto “Autoevaluación Participativa y Representativa de la Implementación de la Convención de Naciones Unidas contra la Corrupción UNCAC”, que lideran la CGR y el PNUD a contar de marzo de 2012.
En dicha iniciativa, que se materializa a través de la campaña “No mancho mi conciencia. Vivo sin corrupción”, participa una red integrada por 23 entidades del sector público y privado, junto a organizaciones de la sociedad civil. El propósito es convocar a la ciudadanía para que, desde su ámbito de acción cotidiano, colabore en la prevención de la corrupción, entendiendo las conductas que fomentan malas prácticas y también asumiendo responsabilidad en el control social.
Desde su lanzamiento, en diciembre de 2012, se ha desarrollado un amplio plan de difusión que ha considerado la instalación de afiches en sitios públicos de alta afluencia de personas, como estaciones del Metro de Santiago, terminales de buses, centros culturales y de atención a nivel nacional, así como talleres dirigidos al sector privado. Estos últimos se realizaron en regiones y contaron con el apoyo del Consejo de Defensa del Estado.